Estamos reinventando la vida, Hemos derribado todos los esquemas que llevaban establecidos miles de años en la sociedad, porque creemos firmemente que toda cosa predeterminada es un límite, y esta generación no entiende de límites.
Nacimos a finales de un siglo que dejó al mundo entero temblando. Nos encontramos con un planeta lleno de gente desorientada, que sabía que el camino de siempre no era el mejor, pero que había perdido todas las fuerzas para crear algo nuevo.
Podríamos decir que la humanidad lleva todo este tiempo esperándonos, y que la Historia no es más que un prólogo, un prefacio a lo que está por llegar.
Vivimos en una generación que ha destruido los sistemas de medida internacionales, que mide el tiempo en canciones, la confianza en años, los años en cursos escolares, y la distancia en horas de autopista. Para nosotros, los aeropuertos son todo romanticismo, las naciones ya no se contienen en fronteras, y el matrimonio ha dejado de tener sentido. Entendemos la lírica porque hemos olvidado los cánones de la métrica, entendemos el amor porque hemos dejado de ponerle nombre a los sentimientos. Entendemos la energía que mueve el mundo, sólo porque nadie nunca nos la ha explicado.
Lo increíble y sorprendentemente extraordinario de nuestra generación, es que somos capaces de tomar decisiones en décimas de segundo, de salvar el mundo sin darnos cuenta, y de alimentarnos sólo de cafeína, cerveza y música.
Estamos deshaciendo la complicada maraña de convenciones que nos ha sido legada, y estamos reinventando la existencia desde cero, a una medida más humana y menos divina, más creativa y menos lógica. En el mundo que estamos creando, la muerte es la única frontera.
Nosotros somos lo que le hace falta al mundo, porque somos valientes, y aunque nuestra vida es finita, hacemos lo que sentimos, y nuestra valentía trasciende todos los infinitos. Por eso, el futuro depende de lo que tú y yo estamos haciendo ahora mismo.
0 divagad@s comentarón:
Publicar un comentario