Honestamente no recuerdo cuando deje de disfrutar colaborar en "Poner Navidad" en casa, recuerdo que de pequeña me hacía mucha ilusión y conforme fui creciendo fue algo que realmente odie, Entre las posibles cosas:
- creo que fue porque era la eterna lucha año con año entre mis hermanos y yo de quién ponía la estrella en la punta del árbol.
- mi madre en su afán de mantenerme ocupada y quietecita me ponía a revisar las series de luces una por una y a desenredarlas con el pretexto de que yo era buenísima haciendo eso y además muy paciente (lo que hacen las mamás por evitar el caos).
- Que me gustaba tanto ver las esferas, tocarlas, moverlas de lugar, reflejarme en ellas y querer alcanzar la más alta que siempre terminaba tirando el árbol...
Después la apatía llego a mi, y me parecía la cosa más tonta poner adornos navideños hasta en el baño, realmente odiaba entrar a casa y ser atacada por un aroma a manzana canela o cualquier pseudo aromatizante navideño que mamá encontrará en el mercado, pero ahora debo reconocer que llegar a casa y ver todo esto, me hace sentir FENOMENAL...
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