Despertarse sin objetivo alguno. Sentir la presencia invisible del ser amado en todos sus objetos, en todos los lugares, y no poder acceder a él de ninguna manera.
La pérdida, cuando se produce, no tiene nada que ver con lo que has imaginado. Te manosea y viola una y otra vez hasta que acabas sometida a su dolor.
Es repugnante sentirla deslizarse por tu cuerpo con sus babas inmundas, como una sanguijuela que te chupa y debilita. Tienes que acostumbrarte a su presencia, aunque la odies. (…)
Sigues, con una existencia discontinua: muerta, viva, muerta, viva, muerta. Como si dependieras de un interruptor que no dominas... encendida, apagada... tratando de matar el tiempo, a sabiendas de que es él quien te está matando sin un ápice de misericordia”
Es repugnante sentirla deslizarse por tu cuerpo con sus babas inmundas, como una sanguijuela que te chupa y debilita. Tienes que acostumbrarte a su presencia, aunque la odies. (…)
Sigues, con una existencia discontinua: muerta, viva, muerta, viva, muerta. Como si dependieras de un interruptor que no dominas... encendida, apagada... tratando de matar el tiempo, a sabiendas de que es él quien te está matando sin un ápice de misericordia”
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