Un deseo mas

Es una grosería confesar que tengo ganas de enfermarme.

Sí, lo sé nadie desea eso, es solo que tengo ganas de hacerme bolita en el sillón y que me traigan una cobija. O de que se preocupen por mi, de sentirme vulnerable. Claro, no deseo más que un resfriadito de dos dias.

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