Sentarse. Y escribir. Y dejar que las ideas fluyan… como el agua, en un patio, en una casa, en un verano. Dejar que las ideas broten como aguas de un manantial. Dejar que caigan sobre el suelo, que golpeen fuertemente la superficie y salpiquen otras ideas. Y que sigan cayendo hasta inundar, y comiencen a abarcar mas y mas terreno. Dejar que poco a poco penetren la tierra y la ablanden para que deje de ser polvo seco y se convierta en lodo con el cual crear y construir. Dejar que la hagan tierra fértil, para que pueda nacer el pasto y la vida y que nazcan árboles y plantas y selvas y pájaros y changos y bichos… sobre todo bichos con boca de pato.
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1 divagad@s comentarón:
Esos bichos con boca de pato... no maanchees y no se te ha ocurrido imaginarlos con una boca mejor? talvez de ganso por aquello de la risa nasal que se carga de repeenteee... che bicho cevicho!
Pos pos pos se veria nais (ush mis clases extra de ingles dieron frutos) un bicho con boca de amm koala o de kiwi o ammm algo se me ocurrira... (por andarte burlando de mi ojo)
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