Calma... Mucha calma es lo que ahora mismo necesito.
Guardaré todas las lágrimas que resbalaron por mi cara.
Guardaré todas las lágrimas que resbalaron por mi cara.
Una por cada palabra que nunca dirás.
Todas ellas irán a mi caja de las cosas que me duelen.
Y ahí quedaran, hasta que llegue el momento de regalártelas.
Una a una, gota a gota.
Cuando no importen las cosas por las que una vez lloré.
¿No dicen que eso es madurar?
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