Una caja sólo es una caja
cuando el que la abre
encuentra en su interior
todo el vacío de su alma.
Pero si en cambio,
el que abre la caja
conserva aún
la mirada curiosa
y fascinante de un niño,
la caja dejará de ser sólo una caja
para convertirse
en el regalo más maravilloso que jamás recibió en su vida…