Tengo una hora de sueño o tal vez ninguna, el culpable: un espresso con nieve en la noche. Como un buen amigo me dice, ya debería de estar muerta de tantas cadenas que no he contestado, debo de tener un millar de maldiciones, pero como sea, aaaam.. ya sé me fué la idea de este blog, psst total ahorita sale algo
Olfateomanía-atípica-e-incesante…
Desde pequeña tenía un olfato muy desarrollado, podía pasar por los pasillos de la casa de la abuela con los ojos vendados y reconocer cada cuarto sólo por el olor. Me gusta oler la comida antes de ingerirla y creo que toda persona tiene un aroma característico, un perfume único y nato. en fin me gusta oler, olfatear toooodo.
Tengo que aclarar que ya no tengo tan buen olfato ya que últimamente ha sido ofuscado por todas las consecuencias de vivir en el maravilloso mundo de Guanajuato.
comelomanía-silvestre-genética
Esto en parte lo heredé de la abuela. La abuela tenía muchas plantas y acostumbraba a caminar todos los días, yo la solía acompañar, de regreso al pasar por las plantas, la abuela siempre arrancaba una hoja a alguna de ellas y la comía, a mi me parecía muy chistoso. Un día arranque una hoja y por curiosidad la olí, el aroma me pareció exquisito y decidí comerla, desde ese tiempo suelo, al menos clandestinamente, tomar prestada una hoja de alguna planta, olerla y sólo si pasa la prueba del buen aroma , comerla, lo mejor es que saben deliciosas.
Amnesia-selectiva
Puedo recordar cientos de cosas, para muchos las más difíciles, números telefónicos, ecuaciones, datos estadísticos, pequeños detalles que ocurrieron en un día determinado, etc… pero suelo olvidar lo más básico y sencillo. Estas son algunas preguntas que suelo hacerme: ¿que se supone que estoy haciendo? ¿A dónde demonios me dirijo? ¿Cómo diablos llegué a aquí?...
Veo claramente la distinción entre cosas básicas e importantes y mi teoría es que algún yo-inconsciente-desconocido se toma la libertad de decidir que olvidar y que recordar, porque considera (según su “sublime” criterio) que almacenar en mi memoria sucesos de poca relevancia e impacto le robaría el espacio a los verdaderamente indispensables, pero esa es una larga historia...
Despeinadomanía-atemporal
No uso un peine como desde hace aaaam muchos muchos años.
Transitomanía-meditabunda
Esto ya tengo algún tiempo sin hacerlo pero seguro no tarda en volver. Me ha pasado muchas veces, solamente cuando necesito en verdad estar sola y pensar, mi solución: caminar, caminar, caminar, lo que sea necesario hasta que se me caigan las piernas o me canse de cavilar, no importa si es verano o invierno, que entrar en este hábito es un trance sumamente relajante e indispensable. Uno de mis pasatiempos favoritos... caminar sin rumbo, sin dirección alguna.